Retomar amistades tan antiguas siempre es un negocio peligroso, arduo, diría también que casi hasta cansino, pero a la vez divertido. Pelos y Gamuza, así es como se llamaban entre ellos, se conocieron hace ya ni se sabe, cuando Pelos no era aún una loca con receta ni Gamuza un Humphry Bogart con agujeros en la gabardina. Sus caracteres ácidos tiznados de ironía hicieron que se fuera forjando una amistad a disgusto, donde ninguno quería ser amigo del otro, pero que los llevaba de bar en bar discutiendo y exigiendo otra copa. Así nació una rara relación de amor-odio, ridiculización-respeto entre estos dos personajes, porque en el fondo eso son, unos PERSONAJES, personas peculiares de costumbres raras y carácter difícil.
El reencuentro fue como se hubiera esperado:
- Hombre Pelos, veo que sigues como siempre, igual de trastornada y con la misma cabellera de loca.
- Me alegro de que estés vivo Gamuza! Aunque no se puede decir que estés como siempre, las coca-colas y los polvorones no te han perdonado ni una! ¿No sabes que ahora hay coca-cola zero?
Y volvemos a las andada...